¿No puedes entender que te tengo asco? ¿Que cada vez que te veo recuerdo las veces que te encontré manchada? ¿Que no estabas en mi cama y me preguntaba porqué? No tienes idea del dolor y el sufrimiento por el que pasé.
Eras muy, muy especial para mí. Significabas mucho, pero aún no puedo entender como pudiste acostarte con otro. Me imagino que disfrutabas cada vez que estaba por fuera estudiando, que tus noches eran una aventura, que eras el objeto de confort o el juguete en la piyamada de quien sabe quien.
¡Pero esto se acabó! Este mismo vieres a las 6, yo personalmente, te llevaré a la esquina, allí esperaremos el camión que te llevará al lugar donde no querrás estar y finalmente, dejaré de verte.
¿Que si pensaré en tí? No, no lo creo! Ya tengo tu remplazo.
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